Productos antiplagas
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Los productos antiplagas no deben faltar nunca en ninguna casa

Si pensamos que cuando se acabe el verano se van a acabar las plagas, nos equivocamos. Las plagas están ahí siempre, al acecho, dispuestas a invadir nuestras casas y lugares de trabajo y amenazando nuestra salud y seguridad personal. Por esto, no hay que bajar la guardia y hay que estar preparados para cualquier eventualidad. Y si somos capaces de adelantarnos a los acontecimientos y prevenir cualquier “invasión”, tanto mejor.

Los productos antiplagas no deben faltar nunca en ninguna casa. Si en verano puede haber más insectos como los mosquitos, polillas y ácaros de lo más desagradables y molestos, en invierno permanecen la carcoma, arañas y otros organismos peligrosos para la salud de las personas, sobre todo para la salud de los niños más pequeños que viven en el hogar.

Por este motivo, hay que ser precavidos y hacerse con un “botiquín” como los de los primeros auxilios, pero que en lugar de contener productos para realizar curas de emergencia, sirvan para atacar la presencia de dichas plagas.

Un aliado para la familia

Las cucarachas, por ejemplo, no entienden de estaciones del año. Las avispas y abejas abundan en verano y en otoño también. La carcoma ataca las maderas en cualquier momento… ¿Quién no quiere tomar sus precauciones contra estos bichos peligrosos y molestos?

En este contexto, Productos Antiplagas.es se convierte en el mejor aliado para todas las familias. Es una tienda online que se dedica a la venta de productos para acabar con plagas en cualquier tipo de espacios. También vende artículos para el cuidado de las mascotas. Está respaldada por una empresa de más de cuarenta años de experiencia en el sector de la sanidad ambiental y tiene una gran variedad de productos y un consultorio online.

Plagas en otoño e invierno

Con frecuencia y de forma generalizada, se piensa que las plagas desaparecen con la llegada del frío y ya podemos olvidarnos de ellas hasta la llegada del más apacible clima de la primavera del año siguiente. Pero lo cierto es que hay plagas que no dependen de las condiciones climatológicas para su proliferación. También las hay que no es que desaparezcan, sino que se esconden, porque buscan un refugio para evitar el frío y desaparecen de nuestra vista durante los meses de otoño e invierno.

Nunca hay que bajar la guardia del todo, ya que hay algunas plagas que no se llegan a ir y que es posible que puedan seguir causándonos molestias durante los meses más fríos del año.

Las plagas más comunes

Las plagas más comunes en otoño e invierno son, entre otras, las siguientes:

Roedores. A los roedores no les gusta nada pasar frío a la intemperie en invierno. Por eso, en cuanto bajan las temperaturas, buscan refugios más cálidos, cambiando calles y jardines por lugares más resguardados, como el interior de los hogares, garajes, almacenes, etcétera.

Una manera de detectar su presencia es si observamos que hay excrementos, o si escuchamos los ruidos producidos por su movimiento. Es aconsejable hacerse con algunas trampas que nos permitan confirmar su presencia.

Arañas. Las arañas se mantienen activas durante todo el año, pero es cierto que cuando bajan las temperaturas también buscan refugio en los interiores, por lo que puede ser más común encontrarlas en hogares, garajes o trasteros.

Por suerte, pese a que su compañía nunca es agradable, la gran mayoría de las especies de arañas con presencia en España no representan ningún riesgo y son inofensivas para el ser humano. Pero no por eso hay que permitir su estancia y proliferación, que es muy alta.

Termitas. La actividad de las termitas que nos afecta de manera más directa. Tiene lugar en las estructuras y el mobiliario de madera que se encuentra en los hogares. Aunque es algo que se da durante todo el año, con la bajada de temperaturas del otoño y el invierno pueden aparecer nuevas colonias que se hayan desplazado desde el exterior en busca de ubicaciones más cálidas.

Chinches. Estos insectos se alimentan de nuestra sangre a través de sus picaduras. Además de ser realmente molestas, pueden suponer un riesgo para la salud, puesto que son portadoras de ciertas enfermedades. Habitualmente buscan refugio en sofás, sillones, colchones y ropa de cama, como las sábanas, mantas, colchas o edredones. Son, todos ellos, lugares que ofrecen a las chinches las condiciones óptimas para pasar el otoño y el invierno a salvo del frío.

Hay que combatirlas con todas nuestras fuerzas, sobre todo cuando en casa hay niños pequeños, o cuando hay alguna mascota que pueda servirles no sólo de “alojamiento”, sino también de medio de transporte y transmisión.

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