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¿Dejaremos atrás en algún momento el dinero físico?

El dinero en efectivo está perdiendo popularidad frente a los pagos digitales por varias razones de peso. Una de las principales es la conveniencia que ofrecen este tipo de pagos, con tarjeta o móviles, frente a los pagos en efectivo. Por ejemplo, en un par de clics o simplemente pasando el móvil por el lector, puedes hacer una transacción en cualquier lugar y sin tener que llevar dinero físico encima.

Además, los pagos digitales son más seguros. Si llevas dinero en efectivo, siempre existe el riesgo de pérdida o robo. Sin embargo, las transacciones digitales suelen estar protegidas por varias medidas de seguridad, como autenticación en dos factores, claves PIN, etc.

Otro aspecto que impulsa la popularidad de los pagos digitales es la proliferación de comercios electrónicos y servicios digitales como el entretenimiento online donde únicamente se pueden pagar en línea. En una plataforma como Plinko casino por ejemplo, para hacer un depósito en tu cuenta necesitas usar algunos de los métodos de pago que hay disponibles, como tarjetas de crédito, transferencias bancarias y monederos electrónicos. 

Sucede lo mismo con las plataformas de música como Spotify, de streaming como Netflix o en las tiendas online, como Amazon y tantas otras marcas. Todos estos servicios requieren pagos digitales, pero la facilidad de este tipo de transacciones es gran parte de su atractivo. 

La resistencia del dinero en efectivo

En muchos países, como en Suecia y Noruega, el dinero en efectivo casi ha desaparecido del todo. Desde el año 2011 hasta el 2023, los suecos han reducido el uso de efectivo de un 30 % a un 9 %. En Noruega sucede más de lo mismo. Los noruegos únicamente usan dinero en efectivo para un 3-4 % de sus transacciones totales. 

A pesar de este declive, en otros países, como en España, aún hay gente que prefiere usar los billetes y las monedas. Los que más lo utilizan suelen ser los mayores de 65 años y los menores de 18, pero también hay muchas personas que prefieren el anonimato y la privacidad que ofrece el dinero en efectivo.

Por otro lado, también se prefiere el efectivo para evitar el rastreo de ciertas compras o movimientos por parte de empresas o entidades gubernamentales. Esta forma de pago también desempeña un papel crucial en la economía sumergida, es decir, en aquella que incluye las actividades económicas que se realizan fuera del control fiscal del gobierno.

Equilibro entre lo tradicional y lo moderno

En la actualidad, los pagos digitales están ganando terreno y, en muchos países, es la principal forma de manejar las finanzas. Tanto es así, que ya se habla de la posibilidad de que el dinero en efectivo deje de existir. Sin embargo, este dinero en efectivo sigue persistiendo en muchos lugares y ofrece una serie de ventajas que los pagos digitales no pueden replicar.

Por ejemplo, el dinero en efectivo no necesita de ningún tipo de tecnología. Las transacciones no dejan rastro digital, por lo que pasan desapercibidas para los organismos reguladores. Por otro lado, si se producen fallos, el dinero en efectivo puede que sea la única posible forma de pago.

En definitiva, la coexistencia de ambos sistemas de pago permite disfrutar de lo mejor de ambos mundos. De esta manera, las personas pueden elegir la forma de pago que más se ajuste a sus necesidades, ya sea al pagar a través de un moderno monedero digital o a través de los billetes y monedas de siempre.

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