Los momentos de crisis económica tienden a presentarse de forma inesperada e incluso varias veces en la vida. De ahí que muchos opten por tener una especie de presupuesto de respaldo o ahorros extra que permitan afrontarlos de forma rápida y oportuna.
Una crisis económica puede estar relacionada con momentos o situaciones específicas, como quedarse sin empleo, alguna avería del coche, una reforma urgente en el hogar y hasta un tema de salud como una urgencia médica donde prácticamente cada minuto cuenta para darle solución.
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Alternativas para responder rápidamente
Pese a que este presupuesto o ahorro adicional representa una opción muy utilizada, por el mismo ritmo y coste de la vida en muchos casos debe utilizarse para saldar otros compromisos o tan solo llegar a fin de mes, quedando una especie de vacío desde el punto de vista económico. Otros por su parte optan por las tarjetas de crédito, que si bien resultan una respuesta rápida, no todos tienen acceso a ellas, tanto por los requisitos exigidos por las empresas que las otorgan, como por los límites.
Para esos casos de extrema urgencia, los créditos o préstamos de dinero son una solución fantástica. Sin embargo pueden llegar a convertirse en un verdadero dolor de cabeza por las condiciones en las que se otorgan.

Los créditos como opción
Los créditos ha estado relacionados desde hace ya algunas décadas con las instituciones bancarias y financieras tradicionales. Estas son las encargadas de ofrecerlos y parte de su patrimonio depende directamente de su cartera crediticia. Pese a eso, no es muy viable para casos donde de rapidez.
Para acceder a un préstamo bancario en primer lugar se requiere ser cliente del banco o institución y tener una cierta trayectoria o historial. Esto deja fuera a un sector de la población, como por ejemplo los los jóvenes con poca experiencia laboral y por ende financiera.
Además, la mayoría pide a los solicitantes una gran cantidad de requisitos que en algunos casos tardan en ser reunidos por completo, sin mencionar de los exagerados tiempos de espera o las visitas a sus oficinas para conocer el estado de la solicitud. Resumiendo, se trata de un proceso lento e incómodo..
Por otra parte, están aquellas personas que ofrecen este tipo de servicios como prestamistas y aunque parezca razonable y libres de cualquier papeleo, pueden ser un arma de doble filo ya que al final optan por cobrar intereses sumamente altos o incluso tiempos de pago bastante absurdos y en algunos casos, peligrosos por las condiciones en las que se desarrollan.
Diversificación del mercado crediticio
Al igual que con otros sectores de la economía, los créditos sufrieron una evolución o desarrollo gracias al avance de la tecnología y más en específico del Internet. Ahora los creditos rapidos se presentan como una solución al instante y llena de beneficios, además de la exoneración de los tiempos de espera o los miles de requisitos que en los bancos solicitan.
Básicamente este instrumento financieros está relacionado con el mercado online. Esto quiere decir que todo el trámite se realiza sin tener que moverse del lugar, solo se necesita un dispositivo con conexión a Internet o estar sentado frente al ordenador para hacer la solicitud.
Por si fuera poco, cualquier persona puede acceder a ellos. El rango de edad está establecido desde los 18 y hasta los 65 años, sin importar que sean empleados dependientes, emprendedores, jubilados o que en el momento no formen parte de ninguna nómina. Solo basta con tener el DNI vigente, una cuenta bancaria donde será depositado el dinero, correo electrónico y móvil.
Desde la cantidad hasta el tiempo para pagarlo
Con los créditos rápidos es el solicitante quien establece las condiciones de su préstamo, es decir que es él quien marca tanto la cantidad que necesita como el tiempo para devolverlo. En el caso de las cifras, estas van desde los 200 a los 800 euros con un límite de hasta cuatro semanas en devolverlo.
Con este tipo de instrumentos todas las condiciones son establecidas desde el principio, aquí no hay contratos con cientos de artículos y cláusulas ni tasas de interés variables o cuotas especiales que debe asumir el cliente. Solo se deben pagar los gastos relacionados con los honorarios que representan un porcentaje mínimo de la cantidad.
Respuestas rápidas
Al ser un procedimiento online en totalidad, los tiempos pueden ser reducidos de forma absoluta, tanto para solicitar como para obtener una respuesta, que en la mayoría de los caso resulta positiva. Una vez que la solicitud es enviada, la decisión llevará un tiempo máximo de 30 minutos y llegará por un mensaje de texto al móvil del cliente o a su correo electrónico, mientras que el dinero estará disponible en la cuenta en menos de 24 horas.
Por si fuera poco, los créditos rápidos están disponibles los siete días de la semana durante todo el año, sin importar la hora o que se trate de una fecha especial.