Cuando te despiden, ya sea un despido improcedente o no, pasan muchas cosas por tu cabeza, pero una de las mayores preocupaciones es mirar la cuenta y pensar: “¿Cómo voy a llegar a fin de mes?”. Calma. Aunque ahora todo parezca demasiado complicado, hay formas de salir adelante y recuperar el control de tu dinero.
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Primero, las cuentas claras
Tienes que saber de dónde partes para planificar bien los próximos pasos. Revisa también si tienes algún ingreso extra, como rentas, dividendos o colaboraciones puntuales. Cuanto más claro tengas tu panorama, mejor. Coge papel y boli, o una app si lo prefieres, y haz cuentas. ¿Cuánto tienes ahorrado? ¿Hay deudas pendientes? ¿Gastos fijos?
Reduce los gastos al máximo
Ahora toca priorizar. Primero, lo esencial: comida, vivienda, facturas y salud. Las suscripciones, cenas fuera y otros caprichos pueden esperar. Cada euro cuenta y reducir lo innecesario es lo que te va a dar margen. En la compra, puedes cambiar a marcas blancas y hacer un menú semanal con una lista ajustada para no acabar haciendo compras impulsivas.
Infórmate sobre tus derechos
Ya te lo hemos adelantado, pero es que es importante que tengas claro si tu despido ha sido legal o si puedes reclamar algo. Si crees que es un despido improcedente, busca un abogado para que revise la situación. Si tienes razón, tienes derecho a una indemnización.
Busca ingresos extra
Mientras encuentras un trabajo estable, puede aceptar ofertas temporales. También puedes vender cosas que ya no necesites, hacer trabajos freelance o incluso alquilar una habitación si tu vivienda es en propiedad. Todo suma y te puede dar un respiro.
Otra opción es mirar en plataformas de trabajo remoto, pequeños encargos locales o colaboraciones por horas que te permitan ganar algo de dinero mientras sigues buscando algo fijo.
Gestiona el acceso a ayudas y prestaciones
No tengas reparo en solicitar las ayudas que te correspondan. Si llevabas tiempo trabajando, seguro que tienes opción a paro.
Las ayudas sociales están ahí para ayudarte en situaciones como esta, no dudes en utilizarlas. Consulta con los servicios públicos de empleo y presenta toda la documentación necesaria para recibir estas prestaciones lo antes posible.
Crea un presupuesto de emergencia
Separa lo esencial de lo prescindible y establece un límite claro para cada partida. Tener este plan te ayudará a mantener el control y evitar sobresaltos. Para que funcione, debes revisar el presupuesto semanalmente y ajustarlo según tus necesidades.
Cuida tu bienestar emocional
El estrés económico es muy agobiante; no lo enfrentes solo a él. Habla con alguien de confianza, mantente activo y, si crees que lo necesitas, busca apoyo profesional. Practicar actividades como el yoga, la meditación o, simplemente, salir a andar te va a ayudar a despejar la mente y a tener más estabilidad emocional, que es lo que necesitas.
Prepárate para lo que venga
Este momento, aunque difícil, puede ser una oportunidad para aprender y reorganizar tu vida financiera. Un plan de ahorro o un colchón económico te preparan para el futuro. Además, es un buen momento para revisar tus aptitudes profesionales y, si es necesario, formarte en nuevas áreas que puedan abrirte más puertas en lo laboral.
Ánimo, esto es solo un bache. Con paciencia, organización y apoyo, saldrás adelante más fuerte que antes. Tienes la capacidad y los recursos para superar esta etapa y encontrar nuevas oportunidades que te hagan crecer personal y profesionalmente.