Hoy en día encuentras en el mercado una gran variedad de calzado, como de tacón, planos, botines, deportivos, etc., siendo este un gran número de propuestas que los diseñadores tratan de actualizar año tras año.
Es una parte de nuestra indumentaria fundamental, no sólo estéticamente hablando, sino que nuestros pies deben soportar todo nuestro peso, por lo que unos zapatos que sean cómodos y nos proporcionen confort son indispensables.
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La importancia del calzado para nuestros pies
Cuando piensas en calzado actualmente te viene a la mente productos como los de zapatos obi, pero el calzado ha evolucionado mucho con el paso de los siglos.
Esta tienda de calzado creado por un equipo joven, se preocupan en vestir los pies de sus clientes ofreciendo calzado de calidad, amigables con el medio ambiente y de las mejores marcas que se pueden encontrar hoy día. Por estos y más motivos son un referente dentro del sector.
Pero, ¿sabes quién lo inventó y cuál es su origen? Te sorprenderá saber estos interesantes datos, así como su evolución con el paso de los años.
La historia del calzado es tan antigua como el hombre y data de milenios.
Se sabe que el hombre ya usaba calzado desde hace 15.000 años y esto se puede constatar por la aparición de estos en algunas pinturas rupestres.
En estas pinturas aparecen hombres usando protectores para los pies, de manera que podemos decir que fueron estos quienes inventaron el primer zapato.
¿Cuál fue el primer tipo de calzado?
La sandalia, y en esto, los antiguos egipcios eran expertos en confeccionarlas a partir de las hojas de palmera.
Por lo general, las usaban los hombres de la alta sociedad, mientras que los esclavos tenían que estar descalzos e incluso los egipcios utilizaban el calzado en sus ceremonias religiosas.
Por ejemplo, se han observado jeroglíficos e imágenes del faraón caminando y muy de cerca el esclavo con sus zapatillas, de manera que el calzado en el Antiguo Egipto era sinónimo de estatus social y éxito, razón por la que los altos dignatarios siempre las usaban.
Quizás fue en la antigua Mesopotamia cuando la sandalia tuvo un uso más popular y de hecho, se consideraba parte de la moda de la época.
Posteriormente en la antigua Grecia, los héroes del país usaban sandalias con muchos detalles de lujo, incluso en la mitología griega se aseguraban que sus dioses portaran sandalias de oro.
Mientras tanto y en el otro lado del mundo, en China, también se empezó a utilizar el calzado. Sin embargo para las mujeres de la época esto parecía un instrumento de tortura, ya que eran forzadas a tener un pie pequeño para alcanzar el “prototipo de belleza del momento”, en forma de flor de loto.
Calzados hechos en Roma para el mundo
Un tipo de calzado muy popular en la época romana era el calceus, una sandalia con varias tiras de cuero que llegaban hasta el tobillo y el calceus patricius que se anudaban hasta la pantorrilla.
Las mujeres ricas en la Antigua Roma adornaban sus sandalias con piedras preciosas y perlas, como no podía ser de otra forma.
Entre los siglos VII y X el zapato de moda tenía la punta curva. A decir verdad este era un zapato poco práctico, pero distinguía a las diferentes clases sociales, y es que mientras más cantidad de centímetros tenía la punta, mayor era el estatus de quien lo usaba.
A finales de la Edad Media un calzado de origen español, los chapines, triunfaron en varios sitios de Europa, como Florencia y Venecia, capitales de la moda.
Hay más datos importantes sobre el calzado, pero para terminar recordaremos la historia de la Cenicienta, que no se hubiese contado de no haber existido los zapatos.
El zapato moderno es parte de la moda
Actualmente el zapato está en todas partes y es parte de la moda, sea masculina o femenina y es que no se puede concebir llevar un buen vestido u otra prenda sin unos zapatos que vayan a juego.Además, hay zapatos para cualquier situación, por ejemplo para practicar deporte, senderismo, para ir de fiesta, para el trabajo, etc. Incluso hay tradiciones relacionadas con el calzado, como colocar zapatos viejos en el coche de los recién casados, ya que esto significa fortuna, o poner nuestros zapatos debajo del árbol de Navidad para que nos traigan regalos.
